Parábola para un amor,
anunciado,
desmitificar momentos
y anclarlos en la realidad.
Un "te quiero"
mil palabras no, sólo dos,
goce de sentirte cerca
arrodillados frente al sueño,
inequívoco.
Me enamoro más,
te pienso,
y recorro cada poro de mi piel
esperando,
un delirio, un roce.
Doy vueltas y caigo,
siempre en la idea procaz,
de servirme de tí
y amarte
hasta el límite de la locura.
Me atrevo, a estos sentimientos,
¿Quién puede juzgarlos?
Son míos,
me quedo atrapada
en el dulce recuerdo
tus ojos,
tu boca,
tus manos,
el aleteo de tus brazos,
ser tuya, instantes,
y después morir.
Aline Bruzas
3 comentarios:
Aline:
Lindo tu mundo de letras.
Vengo a través del blog de la artista Diana Profilio, donde nos hacía un homenaje a varios.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Brillante poema. Un lujo seguir este blog. Un cordial saludo.
Muchísimas gracias por tus palabras, me siento honrrada de tu visita.Besos.
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