Es como un misterio, algo que nos deja pensando el por qué cuando estamos cerca de estas Fiestas , nos embarga una melancolía especial, los recuerdos se hacen más fuertes, los dolores del alma más profundos y vemos a nuestro alrededor como sucedes cosas inexplicables, tristes, sin poder encontrar el justificativo exacto.
También existe la ilusión de que todo sea pasajero,de que las heridas sanen pronto y los que sufren dejen de hacerlo.
Hasta el más ateo siente que es una fecha para el recogimiento, el amor, el pensar en el otro, como lo hizo ese "Niño" que la historia cuenta nació en Belén.
Tenemos ese compromiso de ser "Papás Noeles" para nuestros nietos, o algún otro chiquito que hay en la familia.
Puede que el consumismo atrape desmedidamente a muchas personas, pero creo sin equivocarme que en la mayoría de los seres humanos prevalece el sentido del amor hacia los demás, de la ayuda solidaria, de pasar un momento en la intimidad de la familia, pensando que hay muchos que estarán solos y algunos muchos más teniendo como único techo las estrellas, o humedecidos por gotas de lluvia que despiadadas caen sobre sus cuerpos arropados en algún escaparate de la ciudad.
Va entonces este deseo de una Navidad en armonía, en paz, agradeciendo por lo que tenemos, por que a pesar de todo, la vida, a muchos de nosotros nos ha regalado tanto.
Y ese tanto, que se proyecte en el nuevo año con buenos propósitos y nuevos desafíos, y seguir, en este camino de amistad.
Aline Bruzas
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