Deposité sobre el cristal de mis sueños un reloj de arena.
Me inquieta el paso del tiempo, este tiempo que corre, que me quita por momentos mis ilusiones y me hace ver cuan esquiva es la realidad , la que nos demuestra que no todo lo que añoramos puede ser posible en ella.
Te siento tan lejano, inalcanzable, en un espacio que no habito.
Pero cuando te veo, desdibujado en el arcoiris de tus palabras, quiero entender hasta donde me pertenecen, o es sólo un camino absurdo en donde mis pasos están siempre en el mismo lugar.
Cuántas primaveras han pasado, cuántos otoños vistiéndose de amarillo en cielos azules que se resisten al gris.
¿Qué espero yo de tí?
¿Un murmullo de letras que me inviten a soñar?
¿Tu dulce mirada penetrando en mis sentidos?
¿Una sonrisa que viaje a través del viento?
Solo eso...no me alcanza.
Cómo quisiera...sentir tu piel y la mía en un solo encuentro al final de un día cualquiera de un tiempo indefinido.
Oh...que me envuelvas en papel de seda y como una crisálida convertirme en mariposa para posar mis alas sobre ti.
Cien puertos nos separan.
No me niegues a pensar que un día esto sucederá. Permíteme llevar de la mano de mi locura estas fantasias de amor.
Quiero entenderte, pero además quiero provocarte, incitarte, a que te atrevas un día a besar el sol de la mañana cuando ilumine mi rostro sobre tu almohada.
Esto...también espero de tí, en algún lugar, donde no se acabe el tiempo ni nada tenga un final.
Aline Bruzas
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